martes, 21 de junio de 2011

La etimología.

Las reglas etimológicas nos sirven para conocer cuál ha sido el camino que han seguido las palabras latinas hasta llegar a convertirse en los vocablos que usamos hoy en día. Las reglas etimológicas derivan de la combinación de una serie de factores principalmente fonéticos que condicionan los cambios que se producen en el léxico de una lengua desde una perspectiva histórica. Algunas de las principales reglas etimológicas que debes conocer son las siguientes:
·         La f- inicial latina dio lugar a nuestra “h”, pues dejó de pronunciarse.
·         La –o- y la –e- breves latinas se convirtieron en los diptongos –ue- e –ie-, respectivamente.
·         El diptongo latino –au- evolucionó hacia –o-.
·         Las consonantes oclusivas sordas entre vocales (sonidos p, t, k) se sonorizaron (sonidos b, d, g).
·         La consonante final de palabra del caso acusativo, que es la forma de las palabras desde la que parte su evolución etimológica, se perdió.
Algunos ejemplos que pueden ilustrar las reglas anteriores son los siguientes:
Formicam: hormiga
Vitam: vida.
Rotam: rueda.
Farinam: harina.
Fabam: haba.
Causam: cosa.
Ficum: higo.
Taurum: toro.
Ferrum: hierro.
Los términos latinos enriquecen considerablemente el caudal léxico de nuestra lengua y de nuestro propio vocabulario. Fijémonos, por ejemplo, en la serie de palabras derivadas que podemos obtener de algunos de los términos latinos anteriores: vitalicio, vital, vitalista, vitalismo, rotar, rotativo, rotación, taurino, tauromaquia, ferroso, ferretería.

Los orígenes del latín. Su herencia en el castellano.

          El latín es una lengua indoeuropea. Se conocen como lenguas indoeuropeas las que derivan de una común llamada "indoeuropeo". Esta lengua era hablada por un pueblo que debió existir aproximadamente hace unos cinco mil años antes de nuestra era y que procedía del sur de Rusia. Este pueblo, presionado por el empuje de otros pueblos, emigró hacia puntos diferentes dando lugar a su vez a lenguas distintas por toda Europa y Asia hasta la India.
          El latín se habló en primer lugar en el centro de Italia, en la zona llamada Lacio (Latium), pero con las conquistas romanas se extendió por todo el Mediterráneo y fue pronto lengua oficial de un Imperio.
El latín evoluciona de forma diferente en los distintos puntos geográficos dando lugar a las lenguas romances. Estas lenguas, descendientes directas del latín, son las siguientes: el gallego-portugués, el castellano, el catalán, el francés, el provenzal, el sardo (Cerdeña), el italiano, el reto-romano, el rumano y el dálmata (lengua ya sin hablantes).
El castellano, como lengua romance, posee un caudal léxico procedente en su mayor parte del latín. Los términos latinos pueden agruparse en dos tipos:
·         Términos populares: han evolucionado a través del tiempo de acuerdo con unas reglas fijas llamadas etimológicas.
·         Términos cultos: se toman del latín recientemente, entre los siglos XVI Y XVII, y no han evolucionado o lo han hecho muy poco.
Al lado de estos grupos de términos debemos citar los que se conocen como dobletes. Los dobletes son las palabras que derivan del mismo étimo latino, pero una es popular, pues su evolución se ha completado, y la otra es culta, más cercana al término originario. Como ejemplos tenemos llave y clave (de clavem), cabildo y capítulo (de capitulum), cosa y causa (de causam) o frío y frígido (del adjetivo frigidus,-a,-um). 

Nuestra presentación

         Hemos creado este Blog para ayudarte con tus traducciones y con tus clases de Latín. No queremos que te desanimes porque no encuentres la orientación suficiente para enfrentarte al estudio de una lengua que dicen que está muerta, pero que es el pilar fundamental de nuestra lengua española. Esperamos que encuentres aquí todo lo que necesites. Poco a poco publicaremos apuntes de gramática y ejercicios de traducción resueltos que te sirvan de guía. Vale.